¿Cómo hago que mi hijo haga tareas y le coja amor al estudio?
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Si durante mucho tiempo llevas haciéndote la pregunta ¿Es bueno premiar a mis hijos con alimentos? te invitamos a que sigas leyendo esta información que tenemos para ti.
Son muchas y variadas las técnicas usadas por algunos padres para recompensar a sus hijos. Sin embargo, cuando se trata de reforzar ciertas conductas y estimular ciertas actitudes en ellos, el usar los alimentos como parte de la formación puede llegar a ser contraproducente.
Cuando comer se convierte en sinónimo de aprender o comportarse bien…
Solo piensa en esto por un momento: tu hijo acaba de finalizar sus tareas y, como se lo has venido enseñando, se sienta ahora esperando el delicioso helado que le prometiste. Toda la familia disfruta de aquel rico postre y nada malo sucede. Sin embargo, años más tarde y ya de adulto en su oficina, luego de una larga jornada laboral tu hijo (ya todo un hombre) finaliza sus tareas del día y de repente se siente un poco frustrado y con otros efectos adversos pues no recibió el premio al que siempre lo acostumbraste.
El estimular a nuestros hijos con recompensas y otras motivaciones no es algo nuevo en el mundo de los padres. En muchas culturas alrededor del mundo se ha llevado a cabo esta práctica como uno de los modelos de formación y educación de los más pequeños.
Si bien esta clase de técnicas pueden ayudarnos en nuestra tarea de formadores de valores y conducta, lo cierto del caso es que, de no llevarlas a cabo bajo un contexto estrictamente motivacional y basado en valores, todo ello podría terminar afectando la personalidad y comportamiento de ellos en el futuro.
Especialmente en el tema de la nutrición, no es recomendable crearles desde pequeños una asociación de: buen comportamiento = a comida ya que las ramificaciones y riesgos pueden ser muy variados, partiendo desde la obesidad hasta confundir el afecto con la alimentación. Esto podría traerles algunos problemas y dificultades en su comportamiento social a medida que vayan creciendo.
Otra cosa bastante diferente sería usar premios o estímulos como parte de una enseñanza basada en valores y que refuerce el tema de la responsabilidad y disciplina.
El asociar comportamiento con comida puede no solo resultar en seres con problemas alimenticios sino también en hijos que no serán capaces de emprender o realizar actividades solo por el placer o gusto de ello, disminuyendo así su capacidad de iniciativa.
Lo esencial en este tema es que les expliques claramente a tus hijos la razón y el valor de las buenas conductas y el significado de la recompensa como un fruto del esfuerzo en un tema determinado. No es necesario mezclar comida o alimentos en este asunto.
Una vez tengan claro eso, serán seres mucho más sanos física y emocionalmente… y esa es quizás la mejor recompensa que cualquier padre podría recibir.
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