Las actividades extracurriculares
Todos los padres en algún momento hemos llegado a la pregunta, ¿A qué clase extracurricular…
Leer másCuando llega el día en que nuestro hijo va por primera vez al colegio, tenemos sentimientos encontrados; el corazón nos da un vuelco porque nuestro pequeño bebé se creció y esto nos entristece, pero al mismo tiempo estamos felices porque cumplimos una meta junto a él.
¿Cómo reaccionar? Debemos darle seguridad porque no queremos que esta separación lo llene de temores y angustias; rodearlo de amor para que cuando esté solo recuerde que lo estamos esperando al llegar a casa y motivarlo diciéndole que es una gran oportunidad para hacer amigos y aprender cosas nuevas.
Todo cambio es difícil, hasta para nosotros los adultos, sobre todo cuando no sabemos a qué nos vamos a enfrentar. Los niños van a un mundo totalmente desconocido para ellos, es normal sentir miedo.
Seguramente estaremos pensando en nuestros hijos desde que salen de la casa hasta que llegan, los recibiremos con los brazos abiertos y con ansias de saber hasta el más mínimo detalle de su día; Queremos saber de los profesores, si conoció muchos amiguitos, si pasó feliz, etc.
Con el paso de los días, seguramente conoceremos otras familias que al igual que nosotros no estaban preparados para esta separación, y que querrán compartir con nosotros los detalles de esta nueva situación. Esto nos va ayudando a saber que no somos los únicos que tenemos miles de dudas y nos va a tranquilizar un poco.Algunos tips que pueden ayudarnos en este proceso:
Háblale de manera positiva para transmitirles seguridad
Llévalo a conocer el ambiente y enséñale algunas normas que deberá aplicar en la nueva etapa escolar.
Los padres debemos evitar caer en la sobreprotección y entender que el niño estará bien.
Adelantar la hora de ir a dormir es de gran ayuda ya que el pequeño se irá adaptando al momento de despertarse para ir al colegio.
No ser muy insistente en “ahora, ya eres grande”: el niño puede pensar que crecer es peligroso, y que significa separarse y perder la protección de su familia.
Es una experiencia nueva para el niño y para nosotros. De la forma en que lo afrontemos dependerá el bienestar de todos, de modo que tomemos este tránsito como algo muy importante para nuestra familia, y como algo que va a determinar el futuro de nuestros niños. No olvidemos que estamos formando personitas para el mañana.
Cristina Mejía
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