¿Cómo prepararlos para el paso de la primaria a la secundaria?

La primaria es una etapa, en la que los niños se sumergen en un mundo lleno de aprendizaje a través de enseñanzas lúdicas y poco magistrales. En la mayoría de los casos, los estudiantes permanecen en un ambiente, donde todo a su alrededor es familiar: los amigos de siempre, los mismos profesores, aulas de clases llenas de colores y materiales, experiencias lúdicas y mucho juego.

Es objetivo de la educación básica primaria es incorporar a los niños en un ambiente escolar. Allí se sumergen en conocimientos básicos de algunas áreas (matemáticas, lengua materna, lengua extranjera, geografía, artes, deportes. ciencias…). Pero el principal propósito es generar condiciones para interactuar con los demás, despertar la creatividad, resolver conflictos, trabajar en equipo, adquirir independencia, establecer rutinas y practicar habilidades comunicativas.

Es así como después de años de mucho aprendizaje, pero también de mucha diversión, llega el momento de un cambio drástico en la vida. ¡Bienvenidos a la secundaria!

En esta época escolar, todo cambia radicalmente, no sólo para los niños, también para nosotros como padres.

Debemos enfrentarnos a dos acontecimientos importantes. De una parte, nuestros hijos dejan de ser niños y comienzan a experimentar cambios notables en su apariencia física y en el

comportamiento; de otra, abandonan la comodidad de la primaria para enfrentarse a los retos de la secundaria: aumentan las asignaturas y las responsabilidades académicas, el ambiente escolar es más exigente, nuevos profesores y nuevas aulas de clase.El objetivo principal de esta época escolar es incentivar el pensamiento analítico, educar seres humanos competentes, independientes y con habilidades para asumir nuevos retos en la vida, personal, familiar y profesional.

Cuando vamos a asumir este tipo de cambios, nos preguntamos, ¿cómo podemos realizar un acompañamiento efectivo a nuestros hijos para enfrentar esta transición sin generar un impacto negativo? Sin ánimo de sentar cátedra, a continuación presentamos algunas pautas para enfrentar el cambio y tratar de salir fortalecidos:

ES IMPORTANTE LA COMUNICACIÓN CONSTANTE ENTRE PADRES Y PROFESORES   

Por ningún motivo debemos expresarnos de forma despectiva –en público o en privado– sobre los profesores. Por el contrario, debemos ser creativos y coherentes para tender puentes de confianza con quienes tienen en sus manos la educación de nuestros hijos.

INCENTIVAR LA CONFIANZA MEDIANTE ESPACIOS EN LOS CUALES LA COMUNICACIÓN FLUYA

Los niños y los adolescentes deben ser escuchados con gran respeto. La comunicación efectiva refuerza la autoestima y contribuye al mejoramiento de las habilidades sociales, previene riesgos y malas decisiones.

MANTENER RUTINAS QUE FAVOREZCAN LOS HÁBITOS DE ESTUDIO

Dado que las exigencias de la secundaria son mayores y las tareas son aún más difíciles que las de la primaria, conviene mantener rutinas de sueño, establecer un lugar de la casa para estudiar, con tiempos adecuados y descansos limitados.

CONSOLIDAR ESPACIOS DE ESPARCIMIENTO

Cuando nuestros hijos ingresan o cursan la secundaria, por ningún motivo deben desaparecer los espacios de libre esparcimiento (prácticas deportivas, salidas familiares, actividades complementarias).

El deporte y las actividades lúdicas o recreativas son fundamentales para el desarrollo saludable del ser humano. Contribuye favorablemente a la salud tanto física como mental.

En resumen, LA SECUNDARIA significa nuevos retos, compañeros competitivos, profesores más estrictos, rutinas exigentes, estas y otras cosas más hacen parte de este nuevo cambio, que puede llevarse de forma positiva, cuando la institución y la familia realizan un adecuado acompañamiento. LA SECUNDARIA bien llevada y orientada debe ser un proceso que prepare una adultez.

Cada reto, cada desafío debe ser asumido como oportunidad para desarrollo de las habilidades para la vida.